Flashbacks

Voy a buscar azúcar para preparar café, camino por el pasillo frontal del escritorio, observo que el armazón que sostiene la lona de publicidad navideña está movida, me detengo y la acomodo, continúo mi marcha dando vuelta al pasillo algo distraída.

De repente ahí están sus tiernos ojos negros a menos de un metro de mí; despliega una gran sonrisa y me extiende su mano, acercando un poco el cuerpo como listo para dar un beso en la mejilla. Tardo unos microsegundos de rigor en que su cara dispare la señal eléctrica a mi cerebro y lo reconozca, al tiempo que viaja la señal de regreso mi mente ya maquina una reacción de defensa e indiferencia, como saludar a cualquier conocido que te encuentras.
“¡Hola (...) cómo estas (...)!” me dice; mi brazo le corresponde con un fuerte apretón de manos, y nada más; “muy bien (...) gracias” fue mi respuesta sin dejar de caminar y aparentando un inconsciente aire de apresuramiento por llegar a cualquier lugar, mi mirada fría e intencional desinterés fue algo que no pude controlar, solo después me di cuenta de lo cortante que pude haber sido, pero fue una reacción primaria, involuntaria, conciente e inconsciente, mi mente me ordenaba no detenerme, algo así como un no hables con él, simula que no tienes tiempo, que lo ves como a cualquier otro, casi un extraño, déjalo con la duda del porque la indiferencia, demuéstrale que eres impredecible, que su soberbia se pare en seco y se percate que no te conoce como cree, que le falta mucho para eso.

Todo esto lo tuvo mi mente ahí, al verlo, sutilmente, sin análisis ni razón, solo era importante desencadenar el mecanismo defensivo, no importaba lo que él pensara después, lo que su “gran perceptibilidad” le dijera de mí, tómalo como quieras mi amor!; el orgullo es a veces uno de los grandes placeres de la vida, me sentí a mil por hora, por unos segundos, por encima de todo. Colocando las piezas en su lugar. Y siéndole fiel a mi palabra a la que tantas veces había faltado por güey, como dice la canción de Gloria:

Voy a sacarme de las venas, este líquido que arde, este líquido que me hace que te ame...
Voy a arrancarme el corazón por estúpido y traidor por latir enloquecido y adorarte....
Voy a mentir que no te quiero cuando estés cerca de mi, no voy a hacer otra en tu juego no me voy a humillar ante ti!
Me estoy rompiendo en pedazos en un salvaje querer olvidarte
Me estoy rompiendo en pedazos para arrancarte me voy a arrancar la carne!
Me estoy rompiendo en pedazos, latentes y que duelen y que siguen, y que siguen y que siguen enamorados.
Tal vez lo mejor sería rendirme y entregarme a tus deseos, y comprender que ya no hay remedio..... ¡no! ¡no! y ¡no!
Voy a romperme cada hueso por quererte tan adentro, por ser débil y temblar cuando te veo...
Voy a cortarme de la boca mis labios lengua y todas las ansias que provocas con tu aroma...
...

Aunque parezca extremoso, pero aquel fue un momento de contrastes, de sorpresas, por un lado sabía que aun respiraba y eso me dio gusto, esperaba que estuviera bien. Ahora que lo sé, fin de la historia...