La caida en la estupidez...

La caída en la estupidez de Norteamérica se hace evidente principalmente en la lenta decadencia del contenido de los medios de comunicación, de enorme influencia, las cuñas de sonido de treinta segundos (ahora reducidas a diez o menos), la programación de nivel ínfimo, las crédulas presentaciones de pseudociencia y superstición, pero sobre en todo una especie de celebración de la ignorancia. En estos momentos la película en video que más se alquila en Estados Unidos es Dumb and Dumber.

Durante gran parte de nuestra historia teníamos tanto miedo del mundo exterior, con sus peligros impredecibles, que nos abrazábamos con alegría a cualquier cosa que prometiera mitigar o explicar el terror [...] La microbiología y la meteorología explican ahora lo que hace sólo unos siglos se consideraba causa suficiente para quemar a una mujer en la hoguera [...] La causa de la miseria humana evitable no suele ser tanto la estupidez como la ignorancia, particularmente la ignorancia de nosotros mismos [...] La pseudociencia y la superstición se hacen más tentadoras de año en año.

La llama de la vela parpadea, tiembla su pequeña fuente de luz. Aumenta la oscuridad. Los demonios empiezan a agitarse.

La razón por la que la ciencia funciona tan bien es en parte por el mecanismo incorporado de corrección de errores. En la ciencia no hay preguntas prohibidas, no hay temas demasiado sensibles o delicados para ser explorados, no hay verdades sagradas.

Para encontrar una brizna de verdad ocasional flotando en un gran oceano de confusión y engaño se necesita atención, dedicación y valentía. Pero si no ejercitamos esos duros hábitos de pensamiento, no podemos esperar resolver los problemas realmente graves a los que nos enfrentamos... y corremos el riesgo de convertirnos en una nación de ingenuos, un mundo de niños a disposición del primer charlatán que nos pase por enfrente.


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El mundo y sus demonios/Carl Sagan
Editorial Planeta 1997

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