Y sin embargo... se mueve!

Galileo Galilei nació en Italia, cerca de Pisa, el 15 de Febrero de 1564 y murió en Arcetri, cerca de Florencia, el 8 de Enero 8 de 1642. Desarrolló la astronomía del Renacimiento y estableció los fundamentos del método científico.

En 1609, Galileo fabricó un telescopio con un factor de magnificación de 3, y luego el segundo con un factor de 30. Galileo dijo que el telescopio no sólo debía ser utilizado en los mercaderes y los políticos de Venecia, sino también en los avances de la astronomía. Así, Galileo apuntó su telescopio hacia las estrellas y vio por primera vez los “monumentos maravillosos”: cuatro nuevas lunas de Júpiter, a las que llamó “Astros Mediceos” en honor a sus mecenas (benefactores), también vio las montañas y valles sobre la superficie de la luna, la misteriosa leche de Venus que vio como incalculables miles de estrellas fugaces.

Galileo también sostuvo que Copérnico había tenido razón en que el sol era en efecto el centro del Universo, pero, no hubo tiempo para desafiar a la autoridad de la iglesia, quien condenó la enseñanza del copernicanismo. La tierra -no el sol- era el centro del Universo, y Galileo recibió firmes instrucciones de poner fin a la defensa de su nueva teoría.

En 1632 publicó el “Dialogo sobre los dos máximos sistemas del mundo”, donde se creó un debate sobre el sistema heliocéntrico, ahí fue donde se dijo que, en efecto, el Sol, y no la Tierra era el centro del Universo y que la Tierra no está en reposo, sino rotando sobre su eje y revolucionando alrededor del sol; al final del debate se concluyó que Copérnico había estado en lo correcto.

Galileo fue convocado a Roma, donde se le juzgó por diez cardenales y, el 22 de Junio de 1633, fue declarado culpable de enseñar doctrinas que se consideraban “absurdas, falsas en filosofía y formalmente heréticas...” que no se pueden probar de ninguna forma, las cuales han sido ahora declaradas y finalmente determinadas, Contrarias a las Santas Escrituras”.

Después se prohibió que se publicaran los escritos de Galileo, se quemaron todas las copias que se pudieron encontrar, y a él se le confinó en su Villa para el resto de su vida.

Se le convocó a Roma por la “santa” Inquisición, bajo el cargo de "sospecha grave de herejía". Este cargo fue por que se le había ordenado en 1616 no discutir el Copernicanismo, oralmente o por escrito. Galileo se vio obligado en 1633 para abjurar y se le sentenció a la cadena perpetua (luego se cambió esta sentencia por el arresto domiciliario permanente). Incluso se le conminó a ser quemado.

Su mayor contribución científica fue su concepción de la física sobre medidas precisas más que sobre principios metafísicos y lógica formal.

Una investigación en la condenación del astrónomo, se abrió recientemente en 1979 por el Papa Juan Pablo II. En Octubre de 1992 una comisión papal reconoció el “error” del Vaticano. 350 AÑOS DESPUÉS.

Aún hoy la Iglesia Católica no tiene argumento alguno para justificar su conducta anticientífica, y más aún la tiranía con la que ejercía el poder absoluto en aquellos tiempos en donde ésta era la única autoridad omnipresente, y en “nombre de dios” condenó a la hoguera a científicos, sospechosos de brujería, y herejes por igual, de aquella época, a todo aquel que osara, incluso, a leer la Biblia, pues así la gente podría abrir los ojos y derrocarla, en aras de la verdadera ley divina.

Es por eso que la autoridad moral de la Iglesia católica, en nuestros días, está en entredicho. Tal vez el conocimiento y el avance tecnológico hoy en día serían mayores si la iglesia no se hubiera atravesado en el camino de tantas personas de bien, una institución tan hegemónica y corrompida por el poder, como lo demuestra su configuración jerárquica capitalizada en el Vaticano en manos de un solo hombre. Dinero y poder.

En la historia de la humanidad, Galileo permanece como un icono de la batalla contra la tiránica autoridad católica, en pos de la Libertad y los mínimos derechos humanos.

Cuando la iglesia negaba que la tierra estuviera dando vueltas, y desplazándose alrededor del sol; Galileo, a pesar de que coartaron su libertad de expresar sus descubrimientos y lo obligaron a retractarse, aun así dijo:

“Y sin embargo, se mueve”

(...aunque me callen a mi hijos de su #$%&)

(Ah no esto no lo dijo pero lo pensó, creo)
xD